Normalmente no presto importancia a las guerras. O sea, entiendo perfectamente que hay gente sufriendo y todo eso, pero el sentimiento casi automático es más bien una nueva decepción del ser humano, un suspiro melancólico y nada más.
Han pasado varios días desde que veo que Israel está bombardeando El Líbano, y aunque la sensación inicial fue la misma (el suspiro melancólico), ahora también estoy agregando tristeza. Yo soy descendiente de libaneses, de 2º generación (por parte de mi papá); mis abuelos paternos nacieron allá, según tengo entendido, en una zona de campo cerca de Beirut.
Se vinieron a Chile a principios del siglo pasado, aunque nunca he tenido muy claras las razones ni recuerdos de ellos; sólo conservo algunas revistas que por lo visto le llegaban a mi papá, una publicación de la colonia libanesa en Chile llamada “La Verdad sobre el Líbano” –Al Haqiqat an Lubnan, en árabe- (de ahí el título del post).
En fin, dado que me gusta sentirme aferrado a mi descendencia (fuera del hecho que no me identifique para nada con Chile), he estado sintiendo pena por lo que sucede allá. No obstante, eso no equivale a que le tenga rencor u odio a los israelíes; para nada. Los responsables de las guerras son siempre un puñado de idiotas (de ambos bandos), pero en ningún caso *todo* un país. Tenerle odio a a todos los habitantes de un país me parece una simple estupidez (ver post “¿Banderas?“).
Aún tengo la fantasía de visitar Líbano algún día. No entiendo nada de árabe ni creo que hayan muchos atractivos turísticos, pero sería una experiencia linda volver a uno de tus orígenes. Pero para eso habrá que esperar mínimo que todos esos países de Medio Oriente se dejen de pelear. Ojalá ocurra.

Y bueno, ayer viernes fui a la Kermesse del San Luis :). Estuvo interesante y lo encontré mejor que en veces anteriores, ya que como hay un nuevo pabellón, hubo más espacio entre los stands y los sitios para que la gente se siente a comer. Llegué como a las 20:15 y estaba todo bastante animado, aquí una foto:

Me encontré con conocidos y algunos de mis alumnos; en uno de los stands compré un trozo de pizza y Pepsi, y una de las personas que atendía me reconoció, era apoderada de uno de los chicos supongo :). El stand más destacado fue el de un hámster que lo tapan en una cajita, y cuando lo destapan corre a esconderse a alguna de las cajitas numeradas dispuestas en círculo, donde la gente apuesta que se meterá el hámster. Lo que me dio gracia fue ver al chico que continuamente sacaba y volvía a poner al hámster en la cajita, porque… no se, ya quedé con la impresión de que la próxima vez que lo vuelva a ver, me acordaré del hámster!! no es que él tenga cara de hámster por supuesto, es que tiendo a identificar especialmente a la gente cuando ha estado en contacto con animales… que me gustan.
El único punto bajo, creo.. las pancartas. A todo esto, las Kermesse son debido a que el colegio está de aniversario, así que han hecho varias actividades en la semana; una era hacer esas pancartas, pero me desilucionó ver que *todas* eran sobre los “Caballeros del Zodiaco“… puaj! no, fuera del hecho que no me guste el animé, pensé que serían más variados. Siempre son de dibujos animados, pero en años pasados habían de Bugs Bunny, Southpark, Dexter’s Lab, etc.

Luego me encontré con unos amigos, para seguir recorriendo. Nos entusiasmamos jugando en un stand de fútbol; no hice ningún gol (snif) y misma suerte corrí en un bowling :(. Sólo me salvó un tiro a la argolla, donde me gané un fantástico… jueguito de tiro al blanco con dardos, jaja. Igual, me alegré de ganar :).
Al final me vine como a las 23:30. Tal vez vuelva hoy sábado, que es la clausura.
Y finalmente, una foto graciosa… el Pija’s Bar:

No entraré en detalles sobre el nombre de este “bar” dentro de la kermesse, sólo puedo decir que es en honor a un profesor de castellano que tuve en IV medio 🙂
Saludos… más fotos en Flickr!