Curioso, muy curioso

La imagen superior corresponde a la Tierra vista desde la misión Apollo XVII, la última que llevó astronautas a la Luna en el siglo XX. Curiosamente he leído en varias partes, así como me he enterado por una sinopsis de la película “Una verdad incómoda” (que de paso acabo de alquilarla, más rato la veo), que esa imagen provocó un profundo sentido de humildad y unión entre las personas al ver a un mundo pequeño, frágil, sin fronteras, ni países ni divisiones. A tal punto, que algunos meses después se crearon los primeros grupos ambientalistas, para crear conciencia sobre el cuidado de nuestro planeta.

Ahí yo me preguntó, ¿Por qué? ¿Por qué se necesita ese tipo de imágenes para que un ser humano dimensione a la Tierra no sólo como ese horizonte plano adornado de edificios, semáforos y el vecino del lado, sino como una esfera que contiene a más de 6.000 millones de habitantes, una esfera que es nuestro hogar y que -obviamente- si no la cuidamos ya no podrá seguir siendo nuestro hogar? Yo aún no nacía cuando el Apollo XVII tomó esa imagen, pero imagino que hace mucho tiempo el hombre sabía que la Tierra era redonda, que es el único lugar habitable conocido y que allí están contenidas todas las demás personas. La imagen superior es muy bonita, por cierto, pero ¿por qué se necesitan esas cosas para “darse cuenta” de la realidad en que vivimos? ¿acaso cuando niños no se aprende a no necesitar un objeto concreto para poder imaginarlo? Cuando le digo a un niño que piense en una pelota, a cierta edad éste ya no necesita ver la pelota para poder imaginarla, imaginar el concepto de “pelota”.

Mismo caso aplicaría a los grupos ambientalistas, o varios grupos activistas que han surgido para protestar por diversos motivos. ¿Por qué se necesita que un grupo de gente le “avise” a otro grupo de gente (en este caso a grupos formales de gente, como representantes de algún gobierno) que lanzar gases de invernadero a la atmósfera está mal, que sobreexplotar los recursos del planeta está mal o que experimentar con animales para fabricar cosméticos está mal? ¿Por qué es tan difícil notar que una cosa va llevar a sobrecalentar el planeta, la otra a quedarnos sin recursos y la otra a un sufrimiento estúpido de seres vivos? Evidentemente, en casos como éstos los “avisos” no van solos, sino acompañados de montones de argumentos y pruebas científicas que avalan lo protestado. Yo creo que si la Humanidad no fuera ingenua en este sentido, no habrían grupos ambientalistas; ni protocolos de Kioto ni juntas de firmas. La Humanidad se daría cuenta por si sola que hay cosas que están mal, y ya las habría arreglado/evitado sin necesitar que un puñado de burócratas firmen papelitos idiotas.

Probablemente, el ejemplo más fácil para aludir a la 2° ingenuidad, tropezarse con la misma piedra, sea el caso de la guerra. Diablos, sonaré repetitivo haciendo preguntas pero… ¿por qué la gente no se da cuenta que los problemas deberían arreglarse por la razón y nunca por la fuerza? (de paso, ya se pueden imaginar lo que opino del estúpido lema de Chile). ¿Por qué no se dan cuenta que la guerra lo único que logra es sembrar muerte y terror (y si se logra un acuerdo, sólo habrá sido en base al miedo y no a argumentos racionales)? Que si se mata a 300 personas, también se destruye a 300 familias (que asumiendo estén compuestas por el soldado muerto, más una esposa y un hijo, equivale a destruir 600 personas más), y de paso se atormenta a todos los demás que temen salir de sus casas para no morir. De hecho, y considerando que en este mundo la guerra (o si se prefiere, violencia en general) es algo que está ocurriendo o brotando por ocurrir en muchos lugares, me ha llevado a la conclusión que las personas vivas de este planeta, más que “habitantes” son “sobrevivientes” (¡tenemos la suerte que no nos han matado aún!).

En fin. Es difícil saber si la gente recapacitará un día sobre no tropezar con la misma piedra. Si recapacitará en que las pistolas, metralletas, misiles, tanques y un largo etcétera pueden ser objetitos muy bonitos, pueden estar enfundados en cuero y todo lo que se quiera; pero que esos objetitos bonitos no tienen otra función que la de quitarle la vida a un ser humano. Y quitársela horriblemente: léase mediante desangramiento, destripamiento y todas las formas posibles de morir con el máximo dolor. El cuerpo humano es tan frágil como la Tierra, pero ambas cosas son mutiladas a cada minuto y el resto de la gente no se da cuenta de ello. Inocente e ingenuamente, no se da cuenta. E incluso parece disfrutarlo, si no baste ver cuántos jueguitos de video han sido creados para sentirte como si estuvieras en la guerra (qué rico, ¿ah?): Medal of Honor, Ghost Recon o Battlefield 1942, por nombrar sólo unos pocos de muuuuchos.

Bueno, qué más da. Aún no me mata un misil ni un aumento súbito de la temperatura. Prefiero mil veces que lo haga un asteroide. Me voy a dormir…