Sólo eso puede explicar que sea tan cerrado, ande con tantos rodeos e incurra en actitudes estúpidas (baboserías) para manifestar mis sentimientos a otra persona. Me siento estúpido… y como es alguien con quien sólo me comunico por Internet, que es de otra ciudad, peor …
No, creo que no soy ninguna de esas 3 cosas, pero por algunos momentos me convencí de que sí lo era, cuando esta mañana fui a dar el examen práctico de la licencia de conducir. Esas fueron las palabras que me dije cuando tocó mi …
Originalmente iba a escribir esto más adelante; por diversas circunstancias lo quise hacer ahora, aunque a fin de cuentas creo que da lo mismo. Eso sí, sugiero fuertemente que desde el momento que empieces a leer lo que sigue, le des click al botón de Play (si no entiendes el simbolismo de esa música, es porque no viste Karate Kid :))
“Esta es la historia de un fénix que ha resurgido de sus cenizas, literalmente. Uno que desde junio de1993, cuando falleció mi papá, dejó de “volar” a diario para pasar a hacerlo muy de vez en cuando, hasta que finalmente, quedaría detenido y casi en el olvido en un frío garage hogareño. Pero, cuando las cenizas parecían consumirlo por entero, su nuevo dueño reunió la voluntad y el valor suficiente para resucitarlo de la muerte, y traerlo de vuelta a sus días más gloriosos…”
No, no hablo de un ser mitológico con pluma y garras; hablo de mi automóvil (bueno, que pasó a ser mío cuando falleció mi papá), uno que ha soportado estoicamente los años como si hubiese esperado pacientemente el momento en que su dueño se atreviera a manejarlo: un Toyota Corona 2000, del año ’79. Precisamente. Aquello que ves en la foto adjunta, y que te puede parecer un montón de chatarra, le tengo un gran valor sentimental y después de mucho tiempo me decidí a repararlo, habilitarlo y manejarlo, pensamiento que seguramente rondaba la mente de mi padre cuando me dejaba sentarme en sus piernas y tomar el volante en caminos de carretera. Aunque dejarlo como está ahora no fue nada fácil. Si no me equivoco, hace poco más de 3 meses comencé la ardua tarea de conseguir un mecánico de confianza, un chofer que me lo llevara hasta allí, un presupuesto y muchos riesgos calculados por correr. Pero no me importaba. Yo tengo ciertos momentos en que me trazo un objetivo y no descanso hasta cumplirlo, y felizmente este fue uno de ellos. Prefiero no pensar en lo que gasté (porque eso sí me da náuseas >_<), pero en resumen, todo estos cambios hicieron que el fénix finalmente haya resurgido (100% apto para manejarlo) con fecha 10/07/2007: – Cambio de batería – Afinamiento general – Carburador reparado en Santiago – Reparación de alternador – Reparación 3° luz de freno – Cambio de silenciador – Nuevas plumillas limpiaparabrisas – Nuevo botiquín de primeros auxilios – Recargado extintor de incendios – Cambiado flotador de gasolina – Reparado sensor de temperatura – Cambiada correa de ventilador – Reparación luces de retroceso – Cambio de radiador – 3 nuevos sealed-beams delanteros – Reparación (propia) de espejo retrovisor derecho
Cambios proyectados a futuro: – Cambio de neumáticos – Cambio de un vidrio lateral – Tapizado interior
Cambios que *no* voy a hacer: – Reparar la radio (no escucho radio, escucho casi únicamente música clásica, y sólo tengo CDs, que no me sirven porque la radio usa cassette)[y no le instalaré una de mp3! ¬¬] – Reparar el dispositivo para encender cigarrillos (mi papá lo removió porque él no fumaba, yo tampoco fumo, ni quiero que mis eventuales pasajeros fumen en el auto ¬¬)
Y esa es la 1° parte de la historia. Digamos que este “You’re the Best Around” está dedicado al auto, pero el próximo iría dedicado a mí, cuando la próxima semana vaya a sacar licencia de conducir, y si todo sale bien, lo logre.
De paso, me encanta esa canción. Si no viste Karate Kid y no entendiste el simbolismo, puedo decir que es una música inspiradora para aquellos que luchan por conseguir algo, y no se rinden ante la adversidad.
No, no soy amigo de las supersticiones ni la pseudociencia, pero sí de la ironía y las curiosidades estilo teoría del caos. Y es que, aun cuando estos días auguraron una lluvia inminente, mas nunca consumada, lo menos que puedo sentir es sorpresa cuando, siendo …