¿Catapulta? no, gracias
A pesar que no me gustan los juegos de estrategia, hace un tiempo me llamó la atención Civilization IV, un juego donde construyes tu propio “país” y compites con los demás por ser quien mejor progrese luego de un cierto tiempo.
El juego parte en el año 4.000 a.C. y en cada turno uno puede incorporarle distintas cosas a sus “ciudades” (alimentación, servicios, construcciones, tecnologías, granjas, etc.). Puedes ganar el juego mediante una de estas 6 formas (copio textual de una descripción via web): “Conquista (conquistando todas las civilizaciones), Dominación (controlar un porcentaje de la tierra y la población mundial), Carrera espacial (siendo el primero en construir una nave espacial y volar a Alpha Centauri), Cultural (por medio de dominación cultural), Diplomacia (mediante votos en las Naciones Unidas) o Tiempo (teniendo la mayor cantidad de puntos en diciembre de 2050)”.
Lo admito. Civilization IV me llamó la atención por una razón muy simple: cuando leí que era un juego de estrategia, tipo SIMS aunque bastante más formal, primero pensé que era un buen juego para poner a prueba tus habilidades “administrativas”, pero luego vi una snapshot como la de arriba. ¡Una bomba atómica! ¡¿WTF?!. Siguiendo la lectura, me di cuenta que la descripción animaba a que los jugadores podían ganar más rápidamente el juego mediante la conquista, apropiación de territorios y combate con los países enemigos (supongo que así se lograrían las victorias por conquista y dominación, y quizá también por diplomacia). El tema es que eso en principio me desanimó. ¿Por qué si en un juego tienes la posibilidad de crear tu propio país, a tu manera, también tienen que estar incluidas las guerras y la violencia? ¿acaso el juego no puede ganarse pacíficamente?.
Así que quise probarlo por mí mismo. Una vez instalado, me costó al principio aprender todos los comandos y modos, pero lentamente lo conseguí. En el 1° juego entendí como era el tema: el juego te ofrece ciertas herramientas que puedes incorporar a tu país (tú decides si las agregas), pero me sorprendió que en TODOS los turnos me ofrecían guerreros/militares, o bien lanzas, espadas, metralletas, pistolas, tanques, misiles o aviones de combate, conforme iba avanzando en el “tiempo” mi civilización. Asimismo, el resto de países frecuentemente te interrumpían para saludarte, pedirte un intercambio de un bien, pedirte algo a cambio de nada o simplemente… hacerte la guerra!! Las primeras veces rechacé la guerra, pero una 3° el otro país (creo que era España) simplemente la inició, porque en mis opciones no estaba el “No acepto“. Por supuesto perdí puntos y muchos de mis “habitantes” murieron, a pesar que intentaba hacer la paz con España. No me quedó más que “solicitar” un par de guerreros al juego, sólo para contrarrestar los ataques hasta que, finalmente, España aceptó “hacer las paces”.
Ese juego lo perdí por Tiempo, pues para el año 2050 un par de países se me adelantaron en puntos por tecnologías conseguidas. No entendí muy bien cómo se puede ganar por Cultura/dominación cultural y sospecho que tanto Conquista/Dominación/Diplomacia necesariamente implican algún combate previo, así que al parecer mi única opción es ganar por Tiempo… o llegar antes a Alpha Centauri :).
Emprendí un 2° juego. Fui más aplicado, seguí los pasos más lógicos para avanzar de tecnología en tecnología, rápidamente me hice ciudades y mi frontera sólo limitaba con España (glup! :)), mientras que el resto limitaba con agradables costas; dediqué todos los recursos a tecnología, ciencia y bienestar de los habitantes; rechacé TODOS los guerreros/militares y demases artilugios bélicos. Mi país no tenía ejército ni armas, y me sorprendió que no sólo el juego me insistiera constantemente en tenerlos, sino que en las ciudades salían avisitos con “protestas” de los habitantes, con frases como “nos sentimos inseguros en la frontera, exigimos una unidad militar/tanque/catapulta/etc” (y les mandé a la mierda sus protestas). Los países me ofrecieron intercambios, saludos y guerras. Las rechacé todas o hice las paces mediante algún “soborno” (el país me daba la paz a cambio de algún bien); en un momento España (sí, otra vez) me hizo una guerra inevitable, pero esta vez no pedí ningún guerrero. Soborné, dialogué y solicité insistentemente la paz, hasta que la obtuve. Hacia el año 2040, mi país estaba en 1° lugar en estrecho margen con Egipto, Rusia y EE.UU. (todos abarrotados de arsenal bélico, claro), y tuve que hacer el uso más inteligente posible de mi resto de turnos. Aquí aparece parte de la última pantalla:
Gané el juego con 3382 puntos, apenas por encima de Egipto, luego de 3:05 horas, y sin usar ningún recurso bélico. Considerando el realismo visual del juego y su cuidada cronología en las tecnologías humanas, he de decir que en cierto modo le torcí la mano a la “tradición”: sí se puede ser el país más avanzado el mundo sin usar la violencia :).