Noviembre superb

Pocas veces me vi en la situación de regresar de un viaje complejo y tener otro en menos de una semana, pero esto me ocurrió hace poco más de 2 semanas atrás. Me tocó turno de E-ELT Site Testing en Paranal (que tuvo una última noche digna de telenovela), diagnosticando múltiples errores al nuevo LuSci wireless y aplicando mis ritmos circadianos de vampiro que tanto le cuesta comprender a mi supervisor (no sabe cómo diablos logro aguantar tanto tiempo sin dormir 😀 ).

Terminó el turno, y no pude aprovechar tanto como quise las horas diurnas. Me dediqué gran parte del tiempo a refinar y esquematizar el trabajo que debía presentar en el XII Congreso Internacional de Aficionados a la Astronomía, en una semana más. Sólo a mí se me ocurre hacer un catálogo de 300 objetos celestes y dejar para última hora el diseño de las respectivas tablas con coordenadas, magnitudes y un largo etcétera de parámetros. Llegué de vuelta el día 6/11, y el 11/11 ya estaba viajando a La Serena para el congreso (12-14/11).

Y así llegué al CIAA 2009. Dejando atrás el frío y el sueño perdido del Site Testing, pasé a encontrarme con viejos “lobos de mar” del mundillo de la astronomía amateur, amigos, conocidos y por conocer, que en total sumaron alrededor de 150 asistentes, todo un récord considerando que últimamente la asistencia a este evento estuvo en merma. Mi trabajo allí fue dictar la ponencia Cælum Austrinus 300, un cursillo de estrellas variables y hacer nuevos contactos de los que siempre surgen.

A pesar del único imprevisto que ocurrió (un bus donde viajaba al observatorio Collowara se descompuso a mitad de camino, aunque al final a nadie pareció importarle demasiado 😛 ), lo pasé realmente bien y lo sentí como el tipo de evento emotivo que tanto esperaba ver. Me dieron un par de premios (Mención honrosa al “Espíritu del aficionado” [un diploma + astrofoto de Stephen Guisard], más una placa por el cursillo de variables) y me ocurrió una situación de esas que la experiencia me dice que es mejor guardárselo para uno.

Y así va a terminar el mes, y el 28 debo subir de nuevo a Paranal a ver si quedo en el cargo de guía de visitantes, y luego sigo de largo porque justo me coincide otro turno de E-ELT. Así que antes de estresarme de nuevo (estrés del que me gusta, claro), me di el tiempo de ir a un concierto de la sinfónica, ir a ver la lluvia de meteoros Leónidas (vi 28, incluyendo 3 bólidos!) vitrinear en el Mall y ver 2 películas: 2012 (una -ya sabida- porquería de trama, pero buenos efectos especiales) y District 9 (muy decente ciencia ficción). Por último, ¡me regalaron una cámara fotográfica réflex! (de las que usa película, pero nadie ha dicho que el celuloide haya muerto aún). Muchas gracias a Guillaume Blanchard de ESO por el regalo!! 😉