A través de los ojos del Gato Gris
Durante febrero, tuve ocasión de estar en Buenos Aires, Córdoba y Tanti. A diferencia de otras ocasiones, mi dosis anual de mi 2º patria no fue únicamente distenderme, pues mi principal objetivo fue tener un breve pero intensivo training en temas de fotometría y astrometría, con mi amigo y gran astronómo amateur, Carlos Colazo, a quien conocí hace algunos años y hoy tiene la fortuna de acceder al telescopio de 1.5 m de la Estación Astrofísica de Bosque Alegre, lugar que pude visitar hace unos años por gentileza de otro amigo, Santiago Paolantonio, cuando aún no entraba nuevamente en funcionamiento, y que por paradojas de la vida, hoy está plenamente operativo y por mi parte hoy me toca la grata misión de trabajar con datos científicos tomados desde esas instalaciones.
Aunque no tuve ocasión de estar en EABA durante este viaje, el training tuvo una parte práctica en dependencias del Observatorio Astronómico de Córdoba (lugar que también visité hace unos años) su parte práctica en el impresionante observatorio “El Gato Gris”, ubicado en la residencia de Carlos, en Tanti, al interior de Córdoba. Sólo puedo expresar elogios para tan bien diseñada estructura de 3 plantas, ubicándose su telescopio principal de 14” en el 3º piso, y una completa sala de control en el 2º. Afortunadamente, las 3 noches de trabajo fueron despejadas (sólo se nubló hacia el final de la última noche), el equipo respondió según lo previsto y hasta tuvimos ocasión de observar el atractivo cometa C/2011 L4 (PANSTARRS) a todo lujo desde una SBIG ST-10XME, justo antes que se ocultara en el horizonte. Un resumen gráfico de la experiencia, quise plasmarlo en una composición de 3 horas durante una sesión de observación, y su correspondiente time-lapse, accesibles desde este post.
En este tiempo también tuve ocasión de conocer a Raúl Meliá, también colaborador en las observaciones de Carlos en EABA y Gato Gris, quien nos acompañó pacientemente en las desveladas. Ambos unos capos, a quienes les estaré por siempre agradecidos por bancarme durante esos días.
Finalmente, tuve ocasión de conocer un poco los paisajes de Tanti, rodeados de los bosques, senderos y pantanos que hacen de este sitio un destino totalmente recomendable, si la idea es intentar darse un “retiro espiritual” del bullicio y lo mundano. Al día de hoy espero por ellos, ya que tienen previsto venir a mi ciudad y me tocará ser su anfitrión, en algunas semanas más. 🙂
Bonus: ¡Experimento escéptico! Lee atentamente la breve historia sobre el origen del nombre Gato Gris para el observatorio. Luego mira atentamente la composición fotográfica que obtuve, y tal vez te encuentres con una fantasmagórica “aparición”. 🙂