Derrota

La noche del 30/09, una conversación virtual de sólo 20 minutos bastó para darme cuenta de que el hecho de ser derrotado, en cualquier aspecto de la vida, no se compara en nada a la sensación de derrota. Esa noche me sentí derrotado porque aquella efímera conversación anuló por completo mis capacidades de defensa. Me sentí impedido de argumentar, replicar e incluso de disculparme. Sentí que mis esfuerzos previos por lograr que esa conversación fuera productiva y que llegara a una conclusión definida, fuera favorable o desfavorable para mí, no iban a servir de nada.

En mi defensa, y en mi contra, puedo decir que yo mismo me busqué estar en esa situación, porque yo inicié una comunicación anterior que gatilló la ocurrencia de la conversación posterior de 20 minutos. Yo decidí interpretar de una manera la personalidad de la persona que me produjo esa sensación de derrota, y esa interpretación sin duda fue equivocada. No logré calcular las reacciones e impacto que tendrían mis palabras anteriores, ni estimar si sería capaz de soportar el peor escenario. El peor escenario es que actualmente la persona con quien conversé  ya no me habla, y es posible que no vuelva a hacerlo. Eché por tierra una amistad frágil, pero que existía. Destruí posibilidades de fortalecer esa amistad, y canalizarla de tal manera que tal vez el suceso que produjo nuestro quiebre, no lo hubiera producido. Derrumbé encuentros, llamadas, fantasías y sueños. ¿Cómo haberlo evitado? ¿Cómo dimensionar una frustración que debe tolerar tantas consecuencias juntas?

La reacción del perseverante quizá sería volver a insistir en comunicarme con ella; la del orgulloso, olvidarla. Pero también interpreto que perseverar en este punto sería el equivalente a acosar, actitud que no me interesa en absoluto me interesa manifestar. Y aunque en lo personal creo ser bastante orgulloso, en este punto creo que olvidarla bajo esa premisa sería el equivalente a venganza, actitud que tampoco tengo intención de poner en práctica. Por lo tanto, mi única solución es esperar. Esperar a que ella reflexione, piense, sienta y discuta consigo misma. Hay cosas que no podré cambiar, pero tal vez en algo aliviaría mi sensación de derrota, saber que ésta ha sido un círculo totalmente cerrado. Tal como cuando uno legítimamente espera haber resuelto todos sus conflictos con terceras personas antes de morir, opino que es justo dejar zanjadas victorias y derrotas con quienes uno realmente estima, si la consecuencia inevitable es la destrucción.

¿Qué otra cosa pensarías tú si te sientes derrotado/a?



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