Hoy no es el fin del mundo… mañana sí

Me da vergüenza ajena leer al profeta de turno que vaticina alguna catástrofe próxima… especialmente cuando se trata de una predicción de índole religiosa, porque no le hacen un buen favor a su ya alicaída reputación actual.

No entraré en detalles, me imagino que es conocido que un pastor evángelico llamado Harold Camping anda pregonando que este 21 de mayo es el Día del Juicio, con una serie de catástrofes que comenzarán en el mundo, el “arrebatamiento” al cielo de los fieles, y la culminación de todo esto para el 21 de octubre, fecha del Fin del Mundo. Como no podía ser de otra manera, la vía en que este tipo llegó a tal conclusión fue nada menos que basándose en  el libro de ficción más vendido de todos los tiempos… la Biblia.

Y antes que algún devoto quiera trolearme indignado, le invito a revisar el sitio web que linkeo arriba y darse cuenta cuál es la argumentación extensa que aporta Camping, que se basa principalmente en el Génesis y no sólo toma literalmente a eventos no comprobados como el Diluvio Universal, sino también el relato de la creación del mundo en 7 días, adaptado como 7.000 años, deslizando la típica truculencia creacionista de que la Tierra es mucho más joven de lo que pensamos, metiéndose en el bolsillo los años y años de investigación científica que hoy en día nos permiten conocer el largo proceso de formación de la Tierra, el Sistema Solar y el Universo.

Más allá de que todos pueden creer lo que quieran, reitero que me da vergüenza ajena cada vez que se anuncian estas cosas, a menos que la contraparte sea ganar un montón de dinero, como ya ha sucedido en algunos casos. Porque el fin del mundo se viene anunciando desde tiempos inmemoriales, y para muestra, un par de links: Aquí puedes elegir un año para ver el apocalipsis anunciado, y aquí un compilado de 242 fechas anunciadas para el fin del mundo, irónicamente dentro de una web religiosa. Y por supuesto, la Tierra sigue aquí.

En condiciones justas, cada uno de los “profetas” debió haber sido duramente criticado y su credibilidad seriamente deteriorada, además de servir de escarmiento para que nuevos vaticinios similares sean simplemente ignorados. Sin embargo, lo primero rara vez ocurre y lo segundo sin duda no ocurre nunca. Tras constatar que no ocurrió nada, todos prosiguen su vida normal y el profeta y su profecía rápidamente son olvidadas, como un déjà vu demasiado incómodo para inquirir explicaciones. O, no hay quien especula que algún evento tan sobrenatural como la profecía misma (incluyendo las “oraciones” de los mismos crédulos), contribuyó a postergar ese fatídico momento para más adelante.

Mi posición hace un tiempo era activa en contra de propagar estas cosas. Hoy me es indiferente, salvo algunas excepciones. Si un jubilado quiere gastarse 144.000 dólares en demostrar su credulidad en la profecía del 21/05, bien por él. Siento que la divulgación científica sobre anteriores predicciones apocalípticas es suficientemente completa y amplia para no necesitar constantemente nuevas explicaciones, ya que las profecías siempre tienen cualidades que no soportan una contrastación científica. Más que desmitificar yo este tema, invito al lector a investigar por sí mismo qué problema tienen los argumentos de Camping, y por qué no hay ninguna razón para creer que algo malo sucederá mañana.

Por cierto, estoy en Paranal y a las 23:00 h debo subir a la cumbre a trabajar con el scintilómetro lunar hasta las 6:00 am. Si el apocalipsis viene esta madrugada… que venga no más. Yo estaré seguro literalmente en la punta de un cerro 😀



2 thoughts on “Hoy no es el fin del mundo… mañana sí”

  • Pero hombre, si es graciosisimo.

    Como sea daría vergüenza ajena. Mucha seriedad se ve, eh.

    Nah, esta bien ser serío. Pero con cosas serías, si esta cosa da para puro agarrar para el tandeo.

    Chico conoce a chica:

    – ¿Sabes que mañana es el fin del mundo?

    – Oh, no lo sé. ¿Quién lo dice?

    – Bueh, tal por cual y se explica la historia. Bla blah… Pero si nos arrejuntamos no se acabara el fin del mundo.

    – Oh, en serio? Hago lo que sea.

    – Este cuento ha terminado en final feliz.

    jajajaja

    Ahora, pasando a tu caso y forma de escribir. Fuente, decime fuente en que se gano dinero con un anuncio de el fin del mundo. Link, link, link.

    Por cierto, en una cosa discrepo rotundamente con su persona. Y es en que la “divulgación cientifica” NO HA SIDO -siento las mayúsculas, pero es por el enfasís- JAMAS SUFICIENTE. Y eso es debido a que esa publicidad no se ha querido hacer cargo de cosas como estas, por considerarlas superfluas y -de lleno- de mentes afiebradas. Algo casi como decir: “Si tu crees eso, es porque eres debíl de mente”, pero se ha visto poco una explicación de porque la gente cree en eso y poniendo de manifiesto de porque eso no ocurre o se ha equivocado la profecia aquella…

    TODO se remite a :”son tontos los que creen en eso”. Así sin más.

    Y OBVIO, las personas a las que les dicen tontos, no les escucharán.

    MI opinión, es que esa estructura de personas que creen eso esta arraigada y EXPLOTADA por el mundo POLITICO. Insisto, la estructura que hace creer cosas como esas. Es aprovechada y explotada por cada campaña politica que exista en el mundo.

    He ahí el dilema.

    Saludos.

  • @Alex Drago: Cuando me refería a personajes ganando dinero con un anuncio del fin del mundo, me refería especialmente a los que se cuelgan de estas cosas en una postura pro-apocalíptica y lucrar con ello mediante diversos productos. Un ejemplo sencillo son los muchos libros sobre el tema de 2012, como éste: http://www.2012thebook.com.

    Cuando digo que ha habido suficiente divulgación científica, me refiero a que si tú buscas información sobre un tema pseudocientífico en particular (ej. una profecía X), normalmente hay montón de recursos disponibles (me estoy restringiendo a Internet para este ejemplo) donde se explica de forma seria y objetiva -sin entrar en descalificación o discriminación- la explicación científica respectiva. Un ejemplo, Bad Astronomy. Concuerdo contigo en que entre un gran número de profesionales (por ejemplo, astrónomos) no se dan el tiempo de hacer divulgación científica porque consideran a las pseudociencias como algo superfluo, y ciertamente ellos tienen cosas mucho más importantes que hacer en su ámbito laboral. Pero eso no quita que existan algunos, tanto profesionales como amateur, que contribuyen enormemente en esta materia.

    En cualquier caso, el término “suficiente” que empleé no va en el sentido de que hay que “dejar de hacer” divulgación (por el contrario); va en el sentido de que la gente que cree estas cosas, normalmente prestan poca o nula atención a la versión científica (ya existente) que puede explicar un fenómeno en particular (ej. los argumentos de una profecía); entonces en vez de dedicar unos minutos de su tiempo a la investigación de estos recursos (o simplemente ejercitar el propio espíritu crítico planteándose interrogantes), pareciera haber como una aceptación a priori de aquellas noticias de carácter sobrenatural/paranormal. Intento hacer un llamado de atención sobre la importancia de tomar una actitud activa a la hora de encontrar explicaciones a sucesos tan particulares como el anuncio de una profecía.

    No creo que todo se limite a tachar de tontos a los que creen en cosas sobrenaturales. Como contraparte, podría decir que quienes creen esas cosas muchas veces tachan de “cerrados de mente” a alguien sólo por el hecho de sembrar la “duda” ante un tema de estas características… como si dudar fuera de tontos… o de amargados. Ciertamente es un dilema, en mi opinión de una mezcla cultural/educacional, del cual por supuesto los divulgadores científicos tenemos el optimismo que pueda mejorar en el futuro… siempre y cuando también haya una dosis de voluntad por parte del público al que simplemente se pretende interpelar a su espíritu crítico.
    Saludos,

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