La Luna, mi fiel amiga

Anoche me acosté a las 4 de la mañana. Me entusiasmé programando en el PC, leyendo una revista y… oh, qué importa, ¡estoy de vacaciones! :). Lo curioso fue que, cuando me acosté, una luz afuera de la ventana me llamó enseguida la atención: era la Luna, que en ciertas ocasiones (como anoche) puedo verla a través de la ventana de mi pieza, mientras lentamente va bajando hasta ocultarse en el horizonte.

Me quedé largo rato mirándola, me pareció muy linda; blanca, brillante y llena, incansable en su traslación alrededor de la Tierra, y de paso mi compañía en las noches solitarias que me acuesto tarde y no se oye ningún ruido. Anoche no estaba totalmente despejado, pero en ausencia de nubes su luz es tan fuerte que ilumina todo mi dormitorio, y casi molesta para dormir. Pero no me importa, la Luna es mi amiga.

Anoche estuve pensando cuán afortunados somos en tener tantos “amigos” cósmicos acompañándonos, que no creo sean solamente de interés para astrónomos profesionales o aficionados, sino para montón de gente. De más está decir que la Luna ha sido fuente de inspiración a poetas, escritores y pintores, así como el Sol, los planetas y galaxias. Y ha permitido entender nuestro planeta y nuestro Universo, de una manera como no sería posible (o de distinta manera) si viviéramos en un planeta distinto.

Y es que… ¿qué ocurriría si no tuviéramos la Luna? cómo se habrían elaborado los primeros calendarios, guiado las cosechas o comprendido lo que es un satélite natural? De no ser así, seguramente aún no habríamos dado ningún “gran paso para el hombre”, no comprenderíamos bien las primeras etapas de la formación del Sistema Solar, ni tendríamos aquella fiel compañera que hace menos solitaria nuestras noches.

¿Qué ocurriría si no tuvieramos a Mercurio, Venus ni Marte? No sabríamos qué tan cerca puede estar un planeta de su estrella central; no sabríamos que existen planetas con días más largos que su año; no deliraríamos con un fascinante planeta del que aún podríamos encontrar rastros de vida.

¿Qué ocurriría si no tuviéramos a Júpiter ni Saturno? No sabríamos que existen planetas gaseosos tan grandes, dinámicos y poderosos; no conoceríamos la belleza que puede tener un sistema de anillos rodeando un planeta.

¿Qué ocurriría si no tuviéramos a Urano ni Neptuno? No sabríamos que pueden haber planetas con el eje tan inclinado; no sabríamos la magnitud que puede alcanzar una mega tormenta en un planeta.

¿Qué ocurriría si no tuviéramos a Plutón? Pues, este pequeño amigo nada menos que nos dio el prototipo para designar una nueva clase de objetos celestes (los planetas enanos) a costa de perder su categoría anterior. Toda una revolución astronómica.

¿¿Y qué ocurriría si nuestro Sol fuera distinto?? De partida, tal vez no existiríamos. O no sabríamos como es una estrella mientras está en la secuencia principal, mientras se encuentra rebosante de vida y nos permite investigar sus secretos, y extrapolarlos a otras estrellas para comprender como son, y qué podemos entender de ellas.

Si viviéramos en otro lado tal vez seríamos capaces de mirar hacia muy lejanas estrellas, galaxias y nebulosas, pero dado que es muy difícil que alcancemos otras estrellas a corto plazo, el hecho de vivir en un Sistema Solar tan nutrido y variado como el nuestro, nos ha dado toda una perspectiva de cómo es el Universo. Por eso creo que somos afortunados, aunque muchos no nos demos cuenta de ello. Me considero afortunado de que anoche me haya costado dormir, debido a la luz de mi brillante amiga y el resto de sus amigos que, sin proponérselo, nos han permitido conocer mejor el Universo.



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