El cerdito todopoderoso

El hecho curioso pasó el año pasado. La última vez que volé fue en noviembre de 2007 (Antofagasta-Santiago ida y vuelta) y ambos fueron en un B737. No me pasó nada, pero no pude dejar de advertir que el vuelo de ida fue increíblemente suave (creo que es la única vez que no “sentí” el ascenso ni descenso), a pesar que había viento y nubes del tipo “juguetonas” a la vista. En el vuelo de vuelta había viento cruzado al despegar, por lo que el avión tuvo que luchar para ascender en línea recta; más arriba se alzaban nubes de lluvia, y a pesar que el avión se movió bastante, tuve una sensación distinta. Era un tipo de seguridad “rara”, como la que se tiene cuando uno corre por algún sitio y no importa mucho que el terreno sea asfalto o arena, o el viento esté fuerte o esté lloviendo, porque uno “sabe” que los músculos de las piernas sabrán sobreponerse a esos obstáculos y que los pies resistirán nuestro peso.
Una hora y 15 minutos después, a pocos minutos de aterrizar, Antofagasta se veía por la ventanilla pero a una altura mayor de la que estaba acostumbrado a verlo. Ignoro si había viento cruzado, otro avión en pista próximo a despegar o una aproximación fallida del piloto, pero por primera vez el avión no aterrizó por la pista usual para vuelos provenientes del sur (Pista 01), sino que pasó junto a la pista (a unos ~3.000 mt del suelo), se alejó sólo lo suficiente para perderla de vista por la ventanilla, para luego dar una vuelta en 180° con una inclinación de ~20°. Los motores rugían, los pasajeros se miraban extrañados, el avión se sacudía con los flaps al máximo. Unos 180 segundos después, el avión aterrizó suavemente por la opuesta Pista 19. A pesar de todo aquello, me sorprendí a mí mismo de estar completamente tranquilo. La curiosidad es que ese B737 era el mismo que hace unos días me llevó a Santiago unos días antes (era la misma matrícula, CC-CQT). En ese momento le perdí completamente el miedo al Boeing 737. Pasó de ser el avión inseguro y vulnerable a un “cerdito todopoderoso” (no es mera invención… en jerga se le apoda “chancho” al B737, entre otros nombres :)).
Así que, por loco que parezca, tuve una relación de odio/amor con ese modelo de avión. Por eso que no me dejó indiferente la noticia que lo retiraban de LAN. Es una máquina que finalmente se ganó mi respeto.
1 thought on “El cerdito todopoderoso”