Puede caminar por el bosque, pero no pise el césped

Hace unos días me dio cierta curiosidad unos anuncios en televisión, donde mencionaban algunas medidas para combatir el calentamiento global y/o ser amistosas con el ambiente. Me llamaron la atención 3 en particular:

– Evita usar el automóvil salvo cuando sea sumamente necesario; prefiere el transporte público, usa bicicleta o camina.
– Dúchate en vez de bañarte; reutiliza el agua para lavar, fregar, regar plantas, etc.
– Apaga las luces de casa cuando no sea necesario; desconecta los electrodomésticos cuando no los estés usando.

Imagino que en la actualidad casi toda la gente está enterada que la temperatura del planeta ha aumentado. Independiente de cuánto de eso esté causado por el ser humano (99%, 50% o 1%), lo que más se ha visto en los medios son consejos para hacer frente a este problema, con una serie de consejos para disminuir nuestro propio tiradero de CO2 lanzado a la atmósfera.

Todo suena muy bueno, porque son medidas para concientizar a la gente, es por una buena causa, etc. Lo que no me cuadra un mensaje de trasfondo que suena bastante irónico. Cuando leo “Evita usar el automóvil“, leo como si la Humanidad entera le dijera a alguien: “Hey señor, ud. que se acaba de comprar un automóvil, queremos decirle que se ha comprado una porquería de cápsula contaminante, y queremos que la use lo menos posible. Sí señor, ud. ha comprado un producto defectuoso, y como tal, la gente lo mirará súper feo si lo usa para fines recreativos y no estrictamente necesarios“. +_+

Es como si un padre regalara un juguete a su hijo, pero poco menos le recomienda que sólo lo saque de la caja cuando sea absolutamente necesario, porque de antemano sabe que es un producto nocivo. ¡Diablos! O sea… entiendo perfectamente que los autos contaminan, pero la sugerencia más parece un castigo del cual el consumidor no es responsable directo. ¡Se supone que la gente que fabrica autos debería fabricarlos de manera distinta! Entonces aunque yo esté muy contento de comprarme un auto, para viajar con privacidad, donde quiera, para llevar a pasear a mi novia, etc., me dicen que en vez de eso prefiera viajar en transporte público, con las consiguientes incomodidades, o que use bicicleta (por cierto, nunca aprendí a usar), o que camine. ¿A quién reclamo? Al calentamiento global o al que fabricó el auto? ¿Qué tendría mejor efecto en el medio ambiente? ¿Que yo sacrifique mi comodidad y no aproveche mi compra por esos pequeños momentos de “ecologismo”, o que la industria automotriz fabrique autos no-defectuosos para que la gente pueda aprovechar su comodidad (aún para ir al supermercado a 5 cuadras de casa), y así todos nos aseguramos contar con productos 100% amistosos con el ambiente (tanto ahorradores como no-ahorradores)?.

El paréntesis de recién lo dice todo: ahorradores v/s no-ahorradores. Las 3 recomendaciones que cité al inicio, si en el mundo no hubiese calentamiento global, más bien parecerían recomendaciones para que la gente simplemente ahorre dinero. Yo me considero ahorrador de dinero (ok, soy tacaño), y las compras que hago son en función de cosas que me sean rentables en relación calidad/utilidad/economía (por lo mismo tampoco considero apropiado comprarme una TV de plasma, una PlayStation o un iPhone :)). Si yo no uso tanto mi auto es para ahorrar dinero en combustible, no porque esté pensando todo el tiempo (obsesivamente) en cuidar el ambiente.

Por eso me parece más importante que quienes cambien sean -por ejemplo- los fabricantes de autos, porque lo que potencialmente contamina son los aparatos, no el ser humano, y si los aparatos ya están “Ok” con el ambiente, la única preocupación extra por parte del consumidor no es sentirse culpable por poseer una “cápsula contaminante”, sino la preocupación racional de no gastar demasiado dinero al utilizarlo (i.e. cargando combustible). En ese sentido sí me sentiría mucho mejor conmigo, porque se que actuaría racionalmente de no gastar tanto dinero en mi auto, a la vez de estar tranquilo que ni mi auto (ni ningún otro) están contaminando, y me olvido de pasar rabias pidiéndole al vecino que deje de sobreutilizar su vehículo (pues a lo más estará despilfarrando su dinero -no CO2-, y si el vecino quiere quedar en quiebra, me importa un rábano) [en cierta forma, es un tipo de defensa contra el muy cierto argumento de que la tecnología es peligrosa si cae en malas manos].

Lamentablemente no todos los autos son híbridos, no todas las ampolletas son de bajo consumo y no todos los W.C. tienen botones para carga media y completa. Así que de momento la gente seguirá pensando per sé que “no hay que usar el auto para divertirse”, “no hay que dejar luces encendidas en ocasiones específicas (ej. cuando uno no está y quiere hacer creer a un ladrón que hay gente en casa)” y “no hay que darse baños de tina”, para así no sentirme culpable con el planeta. Y mientras tanto, las industrias de cemento y químicas a la salida de mi ciudad contaminan de lo lindo con chimeneas gigantes. ¿Hay gente culpable en todo este cuento? Por supuesto, pero no debería ser yo el culpable, si un fin de semana decido ir a pasear con mi novia en auto, hacer un camping en el patio y conectar un Raid eléctrico para ahuyentar mosquitos, y luego darnos un baño de espuma con sales aromáticas. Los avances actuales en tecnología se supone están pensados para hacernos más fácil/agradable/ecológica la vida… no para sentirnos culpables de usarla.



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