Viajar a Asia en medio del COVID-19

Estuve todo febrero 2020 en países de Asia. Concretamente en Japón, Corea del Sur, Filipinas y Tailandia. Más detalles sobre mi predilección por esta zona del mundo las comentaré después. El asunto relevante es que este viaje en particular, estuvo marcado porque el COVID-19 está en pleno auge.

Esto ya lo sabía al momento de salir de Chile, pero jamás me planteé la opción de posponer o suspender mis planes. Y mis temores principales no eran agarrar el virus, sino temas logísticos del viaje. Sabiendo que el outbreak principal está en China (país que afortunadamente no estaba en mi itinerario ni como escala), y que todos los países que visité tienen casos activos en ascenso, simplemente fui precavido y tomé las acciones que consideré necesarias.

Anuncio con recomendaciones sobre COVID-19 en inglés y coreano.

Quizá se vea polémica mi decisión de no usar máscara en ningún momento, pero no fue algo al azar. Según entiendo, no es un método estrictamente efectivo, salvo que uno quiera evitar contagiar al resto de una enfermedad respiratoria ya adquirida (situación que no me aplica, ya que en ningún momento me agripé; de haber sucedido esto sí habría usado máscara); a diferencia, el lavado frecuente de manos sí lo seguí como regla, y el uso de sanitizador de manos nunca fue problema (prácticamente todos los shopping centers y lugares turísticos contaban con dispensadores en la entrada). De todos modos, en Asia es frecuente el uso de máscara (desde antes del COVID-19) y su uso no era obligatorio (salvo creo que en 1 o 2 lugares de Seúl, a donde no tenía planes de ir). También noté que en Corea un método popular de prevenir resfríos es beber Red Ginseng, los hay de varias marcas. Me resultó novedoso, aunque este brebaje caliente es bastante amargo. A veces me incluía el Woongjin Red Ginseng Honey, mucho más dulce y delicioso. 🙂

Supongo que el mayor problema logístico fue que mis 2 primeros destinos contaban con bajas temperaturas de invierno: Japón (Fukuoka)= 4° C; Corea del Sur (Seúl)= -5° C, mientras mis otros 2 destinos, con temperaturas tropicales invariables: Filipinas (Manila)=28° C; Tailandia (Bangkok)= 33° C. Esto implicó usar (y comprar) ropa de abrigo (en UNIQLO, ¡mi tienda de ropa favorita en Japón!) para contrarrestar riesgo de resfrío, con equipaje adicional que se volvería innecesario al volar a los destinos cálidos. Al menos esta acción fue efectiva y no tuve problemas en adaptarme al clima cálido/húmedo posterior.

Los destinos turísticos de Japón y Corea nunca defraudan, aunque era notoria la escasez de turistas en ciertos lugares. Los sitios más interesantes de Fukuoka (ciudad que ya he ido 2 veces antes) son los alrededores de las estaciones Hakata y Tenjin, así como la Fukuoka Tower, toda iluminada de noche. Menciones importantes al Uminonakamichi Seaside Park, Nokonoshima Island y Ainoshima Island (la “isla de los gatos” 🙂 ). De Seúl, el Gyeongbokgung Palace es majestuoso e imponente; llegar a pie a la Seoul Tower (en la cima de una montaña) es como un peregrinaje de infinitas escaleras, pero memorable (y bajarlo en teleférico muy relajante). Descubrir el rincón de los infinitos candados dejados por visitantes con diversas dedicatorias, ¡muy impresionante!

N Seoul Tower en Namsan Mountain, Seúl, Corea del Sur.

(mi nombre quedó allí también…)

Afortunadamente, todos los sitios principales estaban abiertos durante mi estadía. La ausencia de gente resultó más obvia al tomar vuelos desde/hacia Seúl. Como ejemplo, desde el aeropuerto Incheon (uno de los más bonitos y elegantes que he visto) mi vuelo ICN-FUK tuvo muy pocos pasajeros, a pesar de ser una ruta bastante popular.

Despegue Jeju Air, vuelo 7C 1408 (ICN-FUK)

Filipinas y Tailandia fueron experiencias distintas. Si bien me deshice de usar 3 capas de ropa y una bufanda a diario, el clima cálido/húmedo significa otros sufrimientos, al menos para mí, que no estoy acostumbrado a tanto calor. Pero el mayor contraste fue ver que casi ningún filipino usaba máscara (sólo 1 caso de COVID-19 allí al momento de mi estadía), y que en general sus habitantes son más distendidos, por decirlo así (la acepción “los latinos de Asia” considero que es algo correcta). Contrastes adicionales fueron pasar a precios mucho más baratos, como un par de platos más soft drink por ~1.8 USD (Jollibee es mi cadena de fast food favorita allí). 🙂

Por último, Tailandia era mi último y favorito destino. Ya he estado 6 veces allí, y aunque pueda pensarse que no es un país tan desarrollado como mis 2 primeros destinos, no sólo tiene templos y riqueza cultural imponente, también innumerables shopping centers, street food económica e inigualable y costumbres que admiro por poner al respeto por encima de todo. Transitar países donde predomina el Confucianismo y el Budismo (salvo Filipinas) es notorio y me gusta. Si dedicara un post extenso a decir todo lo que odio de Chile, probablemente habría muchas de esas cosas que no existen, o se presentan en muy bajo grado en ciertos países asiáticos.

Tailandia, al momento de mi estadía contaba con 37 casos de COVID-19. Como ya dije, sin ser un país tan industrializado, parece estar controlando relativamente bien el influjo del virus, y la abundancia de sanitizador de manos y anuncios públicos lo mostraba. Al igual que Japón y Corea, la ausencia de turistas era evidente en ciertos lugares (como Wat Arun y Wat Pho), dado el volumen de turistas chinos que normalmente recibe Bangkok.

He de decir que desde principio a fin, nunca me sentí amenazado por la situación actual. Las autoridades asiáticas fueron muy estrictas al momento de controlar pasajeros y afortunadamente nunca padecí síntomas. Si viajé allá es porque sabía que agarrar aquel virus siempre fue un riesgo latente, aún tomando precauciones (siempre puede ocurrir algo aparentemente tan inocuo como posar la mano en una superficie infectada, luego restregarse los ojos -según las vías de transmisión anunciadas- y ya está, te contagiaste).

Como sea, espero que esta situación mejore y se logre contener el virus pronto. En próximos posts comentaré temas sobre viajes anteriores y futuros, pero creo que esta travesía reciente ameritaba su propia publicación. 🙂

P.S. Las fotos aquí mostradas están en baja resolución para fines ilustrativos. Las versiones high-res serán publicadas próximamente en mi álbum online.



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